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sábado, 23 de julio de 2011

Apoteosis en la vuelta de José Tomás




JOSÉ TOMÁS VUELVE EN TODA SU INMENSIDAD
Salió José Tomás y se caía literalmente la plaza. Una nube de fotógrafos. La delgadez hasta el punto que la taleguilla hace pliegues. De malva y oro. Y el pelo más cano. Los sufrimientos que calan. Pero el valor permanece intacto. Un toro salinerito, largo, musculado, suelto de carnes y suelto de cara. Eolo no quiso faltar al encuentro de JT. El viento y él. Qué soledad. "Burreñito" por nombre.

El quite por delantales al toro de Víctor Puerto que se vino abajo fue su carta de presentación. Bella la media. Pero luego en su toro se vio que no ha habido mella en la coraza del valor. El capote a las espalda y las gaoneras ligadas, embraguetadas, metiéndose con la embestida por bragueta. El toro era violentito, que no sé si está dicho, y José Tomás lo hacia todo por abajo. Tanto que el toro le piso la tela. Un par de desarmes. La tercera tanda por la derecha fue cumbre. De encaje y arrastre. Esa era la mano menos violenta del toro. Por la izquierda no la quería. Una espaldina improvisada. El de Galapagar mantiene la ética de la quietud. Podía no haber sido después del tabacazo de Aguascalientes. A sus médicos brindó.

Estuvo más entregado el torero, que no movía una pestaña de sus músculos cuando el toro se le venía sin tocar, que el personal, que estuvo con todos, y con las verónicas de Puerto, y con la faena de Arturo Saldívar al mejor toro hasta el momento de la tarde. "Mirabajo" se llamaba. Que tarde dio el mexicano. Embraguetado, bragado, el torero; muy humillado el toro y repetidor. Saldívar ya había dejado un quite por la escuela de Miguelín de acojonante valor. Y otro luego por chicuelinas a favor de querencia. "Mirabajo" fue buen toro. Y la faena de Arturo no lo fue menos. Mano baja. Sólo un despiste al perderle la cara trajo una fea voltereta inocua. Mató de pinchazo y estocada. ¡Qué oreja más sabrosa!

El burraco cuarto se movió lastrado de los cuartos traseros, con una movilidad cercenada por lo que fuera, por cualquier lesión. Puerto, cuyo inicio de rodillas en el anterior puso la plaza en pie, porque toreó en redondo como Dios, lo intentó infructuosamente con su último cartucho. Demasiado insistentemente.

José Tomás rompió todo en el quinto. Un tío. Frente a un tío. "Dulcero". 556. La pureza encarnada en un quite por chicuelinas con el compás abierto. Brutal la media belmontina. El toro entero. Poderoso. Un voleteron cuando se le vino a los medios por estatuaríos cruzado. JT grogui. Agua en el cuello. Y Volvió volvió al tercio. Otra vez a los medios. El torazo ya rajado. Pero íntegro. Intrégro José Tomás. Con la derecha. Y cómo de los pasó por la izquierda. Por la bragueta. En todas dándole su distancia. Y en el platillo con el chaleco abierto, la muleta retrasada, los muslos puestos, descarado. Las manoletinas finales de medio compás abierto, la estocada arriba y un presidente inutil que niega las orejas. Las dos. Con las que ha dado en estos días. Un mamón. Saldívar se llevó el lote con el 6. Volvió a estar tremendo. Muy puro. De rodillas el inicio. Oreja. Puerta grande. Justa. Pero de justicia era la de JT. Salvo por un cabrón. Juan Moreno.
Ficha:

Plaza de toros de Valencia. Sábado, 23 de julio de 2011. Séptima de feria. Lleno de "no hay billetes" (10.000 personas). Toros de El Pilar, serios, muy parejos por delante, distintos remates; bueno perp a menos hasta pararse el 1; violento el 2; bueno de verdad el 3; manso y poderoso el 5; notable el 6.

Víctor Puerto, de azul pavo y oro. Bajonazo. Aviso (saludos). En el cuarto, estocada rinconera (silencio).

José Tomás, de malva y oro. Media estocada tendida. Aviso (saludos). En el quinto, estocada (oreja, petición y dos vueltas al ruedo).

Arturo Saldívar, de nazareno y oro. Pinchazo y estocada (oreja). En el sexto, estocada (oreja). Salió a hombros.

sábado, 16 de julio de 2011

CORNADÓN DE JUAN MORA EN LA ÚLTIMA SANFERMINESCA CON TRIUNFO DEL JULI

Revoleteaba la cornada en torno a Juan Mora desde que salió el quinto. De salida, por encima de la esclavina ya le hirió en el escroto; después cuando perdió pie, el quite de Juli, oportunísimo, le salvo en el suelo del percance. Pero luego, sobre la izquierda, cuando le tapaba la cara a su altura, el toro le buscó las vueltas y por detrás lo cogió de fea manera. El pitón, según vi en la cámara digital de mi amiga Silvia, se le hundió en el muslo casi hasta la cepa. Grave tabacazo.

El Juli estuvo soberbio con el quinto. Un toro de Cuvillo Descarado, vuelto de pitones, astifinísimo como toda la desigual corrida de Cuvillo, respondió al mando de El Juli, descomunal de encajado y fino. Mil veces mejor que el otro día cuando ya estuvo sobrado por encima del lote de Toros de Cortés. Inspirado final de trincherillas, a modo de molinetes zurdos. Cumbre Julián. La Estocada se le pasó por asegurar. Muy trasera y baja. Pero de las veces que cuando un tío está de esa manera en faena tan redonda hay que correr un tupido velo. Me encantó El Juli. Y a toda la plaza. No tuvo ninguna opción con el primero que se echó.

Castella se llevó uno similar, como hecho en dos montones, distraído, inhibido, remolón, frágil y descastado. El sexto fue un zamacuco de 610 kilos. Empezó sentado en el estribo. Remataba en los viajes por arriba. El francés estuvo resuelto, firme y eficaz.

Mora había estado francamente torero en el primero de su lote y valiente. Como luego en el toro hiriente en los doblones iniciales.