Los doctores especialistas de diferentes ramas que atendieron esta pasada madruaga a Juan José Padilla no se muestran optimistas respecto a la visión del ojo izquierdo del torero. En palabras de la doctora Saura, jefe del servicio maxilofacial deHospital Miguel Servet de Zaragoza, "la entrada del pitón fue muy limpia, soprendentemente limpia". Es la excesiva elongación del nervio óptico la que hace temer por la "viabilidad" y recuperación de la visión: "el pronóstico del ojo es incierto, la viabilidad es dudosa y nada positiva, aunque hay que esperar".
Otro de los grandes problemas surgidos por la cornada es "el arrancamiento del tronco del nervio facial", aunque queda la esperanza de posteriores "operaciones correctoras". Padilla se encuentra el la UCI, sedado, y con ventilación asistida. Hay que esperar 24 horas porque "las complicaciones siempre pueden surgir". El torero se halla estable hemodinámicamente y sin fiebre. Entre las noticias positivas, se encuentra la satisfactoria reconstrucción de la estructura ósea: "a nivel óseo, la funcionalidad ha ido bien". Pero vuelven a insistir en las graves consecuencias de la excesiva elongación del nervio óptico: "Traía el ojo fuera de su sitio". Otro de los datos que ofrecieron los galenos fue el referido a las cicatrices exteriores de Padilla, que calificaron de "razonables". "Serán disimulables con el tiempo", dijeron.
Participaron el la conferencia informativa la doctora Figueras, Jefa de Guardia del Hospital Miguel Servet, la doctora Esther Saura, Jefa del Servivio Máxilofacial, la doctora Victoria Simón, Cirujana que participó en la intervención de seis horas, y Arancha Utande, responsable medicina intensiva.
La madrugada ha sido larga para los miembros de su cuadrilla, su hombre de confianza, Diego Robles, y su mujer, que viajaba desde Jerez a Zaragoza. Las últimas noticias, sin embargo, ofrecidas por los cirujanos que han reconstruido el pómulo y las zonas del rostro afectadas y han tratado de salvar por todos los medios el ojo izquierdo no han sido positivas: el torero no recuperará la visión y sufre parálisis de ese lado de la cara por arrancamiento del nervio.
Padilla salió del quirófano sobre las 2.30 de la madrugada y permanecerá los próximos días en la UCI del hospital. El cirujano de la plaza de toros de la Misericordia de Zaragoza, el doctor Val Carreres, calificó la cornada de "escandalosa" en todos los sentidos y dijo no haber visto nada igual en 40 años de servicio. A pesar de que en el coso maño, donde se celebra la última feria de la temporada, se han producido gravísimas cornadas de figuras del toreo como Sebastián Palomo Linares, José Antonio Campuzano, Ortega Cano o Jesulín de Ubrique.
El parte médico oficial distribuido por el centro hospitalario recoge que Juan José Padilla ingresó con 'fractura de tercio medio facial, con herida que abarca desde zona cervical retroarticular izquierda con desinserción de conducto auditivo externo, zona temporal hasta canto interno de ojo izquierdo, con afectación de ambos párpados. A nivel óseo, presenta fractura con minuta de complejo orbitozigomatomalar izquierdo con proptosis ocular y fractura de apófisis coronoides mandibular y huesos propios nasales'.
Con este cuadro clínico, el equipo médico ha sometido al diestro a una operación que se ha alargado durante varias horas y en la que han logrado detener la hemorragia y reconstruir el complejo palpedral y lacrimal, si bien no ha sido posible reconstruir el nervio facial izquierdo, lo que le ha provocado la parálisis de este hemisferio del rostro.
En el último par, de dentro afuera, al sesgo, con la querencia de toriles en la salida apretó una barbaridad. Padilla cayó en la misma cara y el toro derrotó abajo con su precisión y no dio tiempo a ver más. Las siguientes imágenes eran de su cara reventada. Sangrando por el ojo a borbotones. El pitón había entrado por debajo de la mandíbula. Y salía, o eso parecía, por la órbita del ojo. "No veo, no veo", decía camino de la enfermería.
Los rostros de sus compañeros reflejaban el terror. La gravedad del percance. Lo trasladaron de urgencia al Hospital Miguel Servet. Muy duro, muy duro. El resto de la corrida ya daba igual. Abellán, llorando, pasaportó a 'Marqués', sin más, con el cuerpo descompuesto y las lágrimas cayendo por las mejillas. La tarde quedaba partida como el rostro de Juan José Padilla. No importaba lo que había pasado antes ni lo que pasaría después.
El primero de Padilla había sido muy rematado y complicado también. De quedarse en la cadera, aunque empujó en el caballo.
Una hora después de iniciado el festejo estábamos picando el segundo sobrero de Los Bayones que había sustituido al primer sobrero de Los Bayones, un ejemplar flaco con dos pitacos, que a su vez había reemplazado a un toro de Ana Romero flacón (los ijares marcados) y cinqueño ovacionado de salida. Sin riñonada no había empuje, aunque sí bondad, por el pitón derecho. Fandiño le puso distancia al de Los Bayones y por tanto inercia por esa mano. En clásico, le pegó cuatro series. El calamocheo se hacía imposible por el izquierdo. Rajado el toro, reculaba y se defendía. Iván no fue el cañónero de Orduña.
Miguel Abellán había hallado cierta veta en la izquierda con el cariavacado segundo, que por el derecho se le había metido por el hueco de la ventana despistada y abierta. Abellán se colocó bien y lo tapó mucho y a su altura al natural en tres tandas de lisonja y temple, a pies juntos la última.
En un adorno final, una especie de pase del desprecio, a punto estuvo de ser cogido al descubrirse de nuevo. Saludó una ovación desde el tercio. El quinto no sirvió con sus complicaciones. Fandiño estuvo hecho un tío con el altón y noblón sexto, que había derribado en el caballo, pero pinchó.
Juan José Padilla, de rosa y oro. Pinchazo y estocada algo atravesada (silencio).
Miguel Abellán, de blanco y plata. Pinchazo y estocada algo tendida (saludos). En el que mata por Padilla, pinchazo, estocada tendida, pinchazo y estocada (silencio ). En el quinto, pinchazo y bajonazo (silencio).
Iván Fandiño, de caña y oro. Dos pinchazos y cuatro descabellos (silencio). En el sexto, pinchazo y estocada y descabello. Aviso (ovación y saludos).
Parte médico: El doctor Val-Carreres ha informado de que Padilla sufre una "herida por asta de toro que le ha producido un grave traumatismo craneofacial con lesión del aparato auditivo y del ojo izquierdo. Ha sido trasladado intubado y su estado es muy grave".
Otro de los grandes problemas surgidos por la cornada es "el arrancamiento del tronco del nervio facial", aunque queda la esperanza de posteriores "operaciones correctoras". Padilla se encuentra el la UCI, sedado, y con ventilación asistida. Hay que esperar 24 horas porque "las complicaciones siempre pueden surgir". El torero se halla estable hemodinámicamente y sin fiebre. Entre las noticias positivas, se encuentra la satisfactoria reconstrucción de la estructura ósea: "a nivel óseo, la funcionalidad ha ido bien". Pero vuelven a insistir en las graves consecuencias de la excesiva elongación del nervio óptico: "Traía el ojo fuera de su sitio". Otro de los datos que ofrecieron los galenos fue el referido a las cicatrices exteriores de Padilla, que calificaron de "razonables". "Serán disimulables con el tiempo", dijeron.
Prime Time Comunicación.
Una noche en vilo
Entrada la madrugada, después de efectuar las pruebas radiológicas que descartaban los posibles daños cerebrales, Juan José Padilla era intervenido durante más de seis horas en el hospital Miguel Servet de Zaragoza para intentar salvarle el ojo izquierdo, gravemente afectado por la brutal cornada que sufrió durante el tercio de banderillas. En las imágenes se aprecia el globo ocular fuera de la órbita a consecuencia del pitonazo que atraviesa la cara desde el plano posterior de la mandíbula, bajo el apéndice auricular izquierdo.La madrugada ha sido larga para los miembros de su cuadrilla, su hombre de confianza, Diego Robles, y su mujer, que viajaba desde Jerez a Zaragoza. Las últimas noticias, sin embargo, ofrecidas por los cirujanos que han reconstruido el pómulo y las zonas del rostro afectadas y han tratado de salvar por todos los medios el ojo izquierdo no han sido positivas: el torero no recuperará la visión y sufre parálisis de ese lado de la cara por arrancamiento del nervio.
Padilla salió del quirófano sobre las 2.30 de la madrugada y permanecerá los próximos días en la UCI del hospital. El cirujano de la plaza de toros de la Misericordia de Zaragoza, el doctor Val Carreres, calificó la cornada de "escandalosa" en todos los sentidos y dijo no haber visto nada igual en 40 años de servicio. A pesar de que en el coso maño, donde se celebra la última feria de la temporada, se han producido gravísimas cornadas de figuras del toreo como Sebastián Palomo Linares, José Antonio Campuzano, Ortega Cano o Jesulín de Ubrique.
El parte médico oficial distribuido por el centro hospitalario recoge que Juan José Padilla ingresó con 'fractura de tercio medio facial, con herida que abarca desde zona cervical retroarticular izquierda con desinserción de conducto auditivo externo, zona temporal hasta canto interno de ojo izquierdo, con afectación de ambos párpados. A nivel óseo, presenta fractura con minuta de complejo orbitozigomatomalar izquierdo con proptosis ocular y fractura de apófisis coronoides mandibular y huesos propios nasales'.
Con este cuadro clínico, el equipo médico ha sometido al diestro a una operación que se ha alargado durante varias horas y en la que han logrado detener la hemorragia y reconstruir el complejo palpedral y lacrimal, si bien no ha sido posible reconstruir el nervio facial izquierdo, lo que le ha provocado la parálisis de este hemisferio del rostro.
La amarga tarde
Se había empeñado Juan José Padilla en banderillear al astifino cuarto, cinqueño como la corrida completa, fino también de hechuras. De nombre 'Marqués'. Apretaba y cortaba mucho.En el último par, de dentro afuera, al sesgo, con la querencia de toriles en la salida apretó una barbaridad. Padilla cayó en la misma cara y el toro derrotó abajo con su precisión y no dio tiempo a ver más. Las siguientes imágenes eran de su cara reventada. Sangrando por el ojo a borbotones. El pitón había entrado por debajo de la mandíbula. Y salía, o eso parecía, por la órbita del ojo. "No veo, no veo", decía camino de la enfermería.
Los rostros de sus compañeros reflejaban el terror. La gravedad del percance. Lo trasladaron de urgencia al Hospital Miguel Servet. Muy duro, muy duro. El resto de la corrida ya daba igual. Abellán, llorando, pasaportó a 'Marqués', sin más, con el cuerpo descompuesto y las lágrimas cayendo por las mejillas. La tarde quedaba partida como el rostro de Juan José Padilla. No importaba lo que había pasado antes ni lo que pasaría después.
El primero de Padilla había sido muy rematado y complicado también. De quedarse en la cadera, aunque empujó en el caballo.
Una hora después de iniciado el festejo estábamos picando el segundo sobrero de Los Bayones que había sustituido al primer sobrero de Los Bayones, un ejemplar flaco con dos pitacos, que a su vez había reemplazado a un toro de Ana Romero flacón (los ijares marcados) y cinqueño ovacionado de salida. Sin riñonada no había empuje, aunque sí bondad, por el pitón derecho. Fandiño le puso distancia al de Los Bayones y por tanto inercia por esa mano. En clásico, le pegó cuatro series. El calamocheo se hacía imposible por el izquierdo. Rajado el toro, reculaba y se defendía. Iván no fue el cañónero de Orduña.
Miguel Abellán había hallado cierta veta en la izquierda con el cariavacado segundo, que por el derecho se le había metido por el hueco de la ventana despistada y abierta. Abellán se colocó bien y lo tapó mucho y a su altura al natural en tres tandas de lisonja y temple, a pies juntos la última.
En un adorno final, una especie de pase del desprecio, a punto estuvo de ser cogido al descubrirse de nuevo. Saludó una ovación desde el tercio. El quinto no sirvió con sus complicaciones. Fandiño estuvo hecho un tío con el altón y noblón sexto, que había derribado en el caballo, pero pinchó.
Ficha del festejo
Plaza de toros de La Misericordia. Viernes, 7 de octubre de 2011. Segunda de feria. Menos de media entrada. Toros de Ana Romero, todos cinqueños menos el fino y cariavacado segundo, que se dejó algo por el izquierdo; muy desiguales y astifinos de cara; dos sobreros de Los Bayones, devuelto el flaco tercero bis; noble por el derecho pero sin empuje y calamocheando por falta de poder el tercero tris; complicado el quinto; noblón el sexto.Juan José Padilla, de rosa y oro. Pinchazo y estocada algo atravesada (silencio).
Miguel Abellán, de blanco y plata. Pinchazo y estocada algo tendida (saludos). En el que mata por Padilla, pinchazo, estocada tendida, pinchazo y estocada (silencio ). En el quinto, pinchazo y bajonazo (silencio).
Iván Fandiño, de caña y oro. Dos pinchazos y cuatro descabellos (silencio). En el sexto, pinchazo y estocada y descabello. Aviso (ovación y saludos).
Parte médico: El doctor Val-Carreres ha informado de que Padilla sufre una "herida por asta de toro que le ha producido un grave traumatismo craneofacial con lesión del aparato auditivo y del ojo izquierdo. Ha sido trasladado intubado y su estado es muy grave".
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