LAS VENTAS: ROBLEÑO, FIRMEZA Y ACTITUD POSITIVA

Ni un solo trofeo en la tarde, sin embargo, con un protagonista claro, Fernando Robleño, que sin redondear el triunfo, al menos hizo un gran esfuerzo, con notable firmeza y actitud, justificándose más que de sobra en una corrida con muy pocas opciones, este domingo en Las Ventas.

Fernando Robleño volvía a Las Ventas después de triunfar en San Isidro. La oreja que paseó de un toro de Palha el pasado 28 de mayo le ha valido al menos para volver hoy al mismo escenario. Y sin tener lote propicio para repetir hazaña, al menos con actitud y firmeza se justificó con una corrida nada clara del Charro de Llen.

Su primero, manso y huido, apenas se tragaba dos muletazos seguidos antes de salir rebotado buscando tablas. El madrileño estuvo queriendo mucho, por encima de un toro que no quiso pelea, y a base de insistir y de tratar de ganarle siempre la acción consiguió algún muletazos suelto por el lado derecho de importante firmeza.

Pero lo más destacable llegaría al final, al hilo de las tablas, donde Robleño expuso una barbaridad, a milímetros de los pitones, para robarle pases muy meritorios.

El quinto le obligó a "tragar" más si cabe. Un toro que esperó mucho, "midió" también lo suyo, embistiendo a arreones y tirando gañafones a diestro y siniestro, siempre con la cara arriba. Robleño, con la misma disposición, volvió a estar firme y seguro, imponiéndose, hasta robarle muletazos de mucho pulso en el toreo a derechas.

El primero de "Frascuelo", de Navalrosal, parado de salida, cantó su condición de manso ya en varas, huyendo en las cuatro veces que entró al caballo, donde además le dieron lo suyo. Esperó en banderillas, y lo mismo en la muleta, muy tardo y "midiendo" mucho al torero.
Torero añejo

"Frascuelo" no lo vio claro, y tras unos doblones por abajo en la apertura de faena, llevó a cabo una labor muy breve y sobre las piernas, tal y como demandó el manso.

Al cuarto lo toreó con arrebato y buena compostura con el capote en el recibo hasta el desarme en el cuarto lance. También hubo cierto sabor en quite posterior de igual guisa.

El toro se vino arriba en banderillas, y, rebrincado, se movió un punto violento en la muleta. "Frascuelo" abrió labor con unos muletazos por abajo con arrebato y torería y dos tandas posteriores a derechas de exquisito empaque y parsimonia.

Pero hasta ahí. La faena, a menos. El toro no cesó de acometer, sin embargo, al torero le costó más imponerse a tanto temperamento, a partir de ahí sorteando momentos de apuro, "Frascuelo" tan solo consiguió alguna cosita suelta.

Luis Miguel Vázquez tuvo un primer toro con motor y prontitud, pero un punto brusco, "acostándose" por el derecho y reponiendo las embestidas.

Esta vez falló también el torero, que acusó lo poco toreado que anda, muy despegado, dubitativo y descargando constantemente la suerte. Acabó mandando el toro.

El sexto no tuvo opciones, muy corto de viaje, pegando cornadas al aire y volviéndose en un palmo. Vázquez lo intentó pero sin sacar nada en claro.
Ficha:

Cinco toros de Charro de Llen, bien presentados, mansos en conjunto, y de poco juego aunque con matices. El segundo, huido y "rajado"; el tercero, descompuesto y con cierto genio; el cuarto se movió con temperamento; y quinto y sexto, los más peligrosos. El primero fue un "remiendo" Navalrosal, grandón, manso y complicado.

Carlos Escolar "Frascuelo": media tendida y atravesada (silencio); y pinchazo, otro hondo y media (ovación tras aviso).

Fernando Robleño: estocada corta, baja y contraria (ovación); y pinchazo y estocada (palmas tras aviso).

Luis Miguel Vázquez: estocada baja (silencio); y dos pinchazos, otro hondo, dos descabellos y el toro se echa (silencio).

En cuadrillas, dos buenos pares de Luis Carlos Aranda al cuarto, sin llegar a saludar.

La plaza tuvo casi un tercio de entrada en tarde de calor.