Me causó hondo pesar contemplar cómo la policía impedía el acceso a la plaza a dos menores de 12 años, que es la edad mínima establecida por el Gobierno de Ecuador. Para la mendicidad y la explotación infantil por las calles no hay tope ni preocupación. Contrastes demagógicos.
El salmantino Juan del Álamo jugó maravillosamente bien los brazos a la verónica de salida. El jabonero de Mirafuente se entregó más y mejor, con transmisión, sobre la tersa mano derecha del acinturado novillero. Pero por el izquierdo, y de mitad de faena hacia adelante, comenzó a orientarse. Del Álamo está cuajado y preparado para la alternativa. El cierre por manoletinas y la pronta muerte le entregaron una merecida oreja.
Otra había cortado el quiteño Pablo Santamaría, muy fácil para lo nuevo que se le ve. Concepto de muletazo largo con un novillo muy suave que lo único que no admitía eran destemplanzas. Fases con la zocata brillaron sobre la media.
Perdió Santamaría otro trofeo del cuarto, quizá equivocado por los malos consejeros del callejón que le empujaron a alargar absurdamente la faena (dos avisos). El novillo, más rematado, suelto de varas, desarrolló luego una fijeza y una nobleza sobresalientes, con ese puntito manso de abrirse en los vuelos. La vuelta al ruedo premió una labor desordenada.
El quito pertenecía a Vistahermosa. Se quedó muy mermado después de un lance. La culpa la tuvo el piso de plaza, no el lance. Obligó a Del Álamo a buscar y hallar un pulso dulce a media altura. Estupenda imagen. En la frontera del doble trofeo se quedó. Salió a hombros.
Cartagena se cayó del caballo en el sexto con la rosa al violín. Paseó el anillo tras petición.
Pablo Santamaría, de marfil y oro. Pinchazo y estocada tendida (oreja). En el cuarto, pinchazo y estocada caída y delantera. Dos avisos (vuelta).
Juan del Álamo, de blanco y azabache. Estocada delantera y tendida (oreja). En el quinto, estocada desprendida (oreja y petición).
Andy Cartagena, pinchazo, rejonazo trasero y caído y dos descabellos (silencio). En el sexto, rejón (petición y vuelta).
El salmantino Juan del Álamo jugó maravillosamente bien los brazos a la verónica de salida. El jabonero de Mirafuente se entregó más y mejor, con transmisión, sobre la tersa mano derecha del acinturado novillero. Pero por el izquierdo, y de mitad de faena hacia adelante, comenzó a orientarse. Del Álamo está cuajado y preparado para la alternativa. El cierre por manoletinas y la pronta muerte le entregaron una merecida oreja.
Otra había cortado el quiteño Pablo Santamaría, muy fácil para lo nuevo que se le ve. Concepto de muletazo largo con un novillo muy suave que lo único que no admitía eran destemplanzas. Fases con la zocata brillaron sobre la media.
Perdió Santamaría otro trofeo del cuarto, quizá equivocado por los malos consejeros del callejón que le empujaron a alargar absurdamente la faena (dos avisos). El novillo, más rematado, suelto de varas, desarrolló luego una fijeza y una nobleza sobresalientes, con ese puntito manso de abrirse en los vuelos. La vuelta al ruedo premió una labor desordenada.
El quito pertenecía a Vistahermosa. Se quedó muy mermado después de un lance. La culpa la tuvo el piso de plaza, no el lance. Obligó a Del Álamo a buscar y hallar un pulso dulce a media altura. Estupenda imagen. En la frontera del doble trofeo se quedó. Salió a hombros.
Cartagena se cayó del caballo en el sexto con la rosa al violín. Paseó el anillo tras petición.
Ficha
Plaza de toros de Iñaquito. Domingo, 5 de diciembre de 2010. Octava de feria. Tres cuartos largos de entrada. Novillos de Mirafuente, dos para rejones (3 y 6), bueno y suave el 1; con transmisión el 2 por el derecho; muy bueno el 4, suelto de caballos; y un 5 de Vista Hermosa, flojito por dañado y dulce.Pablo Santamaría, de marfil y oro. Pinchazo y estocada tendida (oreja). En el cuarto, pinchazo y estocada caída y delantera. Dos avisos (vuelta).
Juan del Álamo, de blanco y azabache. Estocada delantera y tendida (oreja). En el quinto, estocada desprendida (oreja y petición).
Andy Cartagena, pinchazo, rejonazo trasero y caído y dos descabellos (silencio). En el sexto, rejón (petición y vuelta).
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