OREJA CON MÉRITO PARA ROBLEÑO

Por la mañana, cuando ya se sabía que de ocho toros de Palha sólo habían pasado cuatro, el ganadero desvelaba la placa a la mejor corrida de San Isidro 2009. Tras la debacle de Sevilla (la peor presentada de toda la Feria) y el fiasco del Centenario de Bilbao, la cosa no empezaba bien. Pero el tercero, que se tapaba por la cara, fue un buen toro. Humilló, lo que no habían hecho ninguno de sus dos hermanos anteriores. Y se desplazó con bravura en la muleta de impericia de Francisco Javier Corpas, que lo había saludado a portagayola. A su favor sólo quedó que se lo dejó muy entero en el caballo. Después varias series en las que evidenció falta de seguridad y muchas dudas. Lo mató de un pinchazo y metisaca en los sótanos. El primero era un mulo de hechuras y comportamiento con el que Jesús Millán demostró voluntad sin poder lucirse con los topetazos.

El segundo de Palha no humilló nunca por su falta de cuello. Pero iba y venía. Había apretado hacia los adentros en banderillas, donde se sentía más a gusto. La faena de Robleño fue eso, un ir y venir sin maldad con los pitones en el palillo.

El momento de más emoción de la tarde salió del tercio de banderillas del cuarto, que volteó a Carlos Casanova tras esperarle. Del suelo lo recogió como si tuviera una pala. Tremendo. Casanova se levantó indemne y con casta aragonesa volvió con los palos para clavar un meritorio par. Su compañero Jesús Arruga también libró un gran par. Pero Casanova todavía lo superaría: el toro escarbando, con la cara entre las manos. Y allí se fue. Los pitones rozaron los alamares. Y al quite de su colega desequilibrado llegó Arruga con un capotillo milagroso. Ambos son de Aragón. ¡Viva doña Agustina! El toro fue una prenda y Millán se defendió como pudo y lo mató como supo.

El quinto era de El Torreón. El más serio, que manda huevos. Un tío. Fernando Robleño estuvo sensacional con él. No era fácil. Pero le cogió el sitio por el derecho, el pitón de más opciones dentro de lo que miraba el toro. Muy cruzado, bien colocado, en la distancia corta, después de unos pitonazos tremendos por el izquierdo. Superó aquello con garra. Con un par. Su lucha lo merece. La espada quizá quedó desprendedida, pero contaba la exposición, disposición y entrega de Fernando. Había entrado con el corazón. Que le valga la oreja porque fue de justicia.

El sexto fue otro pavo, muy noblón, también de El Torreón. Imponía. Corpas está poco puesto. O le cuesta mucho.

Ficha:

Monumental de las Ventas. Viernes, 28 de mayo de 2010. Vigésimo segunda corrida de Feria. Lleno. Cuatro toros de Palha, muy desiguales de presentación y juego; muy bravo el 3; y dos de El Torreón, el 4 un tío, mirón pero se dejó por el derecho con nobleza; el 6, cinqueño, de imponente trapío, muy abierto de palas, noble.

Jesús Millán, de grana y oro. Media estocada baja y fea, dos pinchazos y estocada corta atravesada y descabello (silencio). En el cuarto, dos pinchazos y media estocada (silencio).

Fernando Robleño, de blanco y oro. Bajonazo (pitos). En el quinto, estocada desprendida (oreja).

Francisco Javier Corpas, de salmón y oro. Pinchazo, metisaca en los bajos y descabello (bronca). En el sexto, pinchazo y estocada desprendida (silencio).